“Mi experiencia de vida gracias a los donantes de órganos: La historia presidente de Manuel Rodríguez Martín, presidente de la Asociación de Trasplantados de Corazón e Insuficiencia Cardíaca de Andalucía”.
Mi experiencia comenzó a temprana edad, cuando tenía 7 u 8 años. Recuerdo que mi padre, Manuel Rodríguez Luque, iba al hospital Virgen del Rocío, que en aquellos tiempos lo llamábamos García Morato. Allí lo atendían cardiólogos. Un día, al salir del colegio de primaria a las 14h, mucha gente se me acercó diciéndome “ven conmigo”. Mis tías llegaron llorando y me fui con mi abuela. Poco después me enteré de que mi padre había sufrido un infarto, pero seguía vivo. Según me contó, le quemaron el pecho con las placas del desfibrilador. Imagínense lo difícil que fue para mí, a esa edad, asimilar que podía perder a mi padre.
A pesar de todo, había una oportunidad: que un donante dejara su corazón aquí. En aquella época había muy poca gente cuya familia dijera que sí a la donación debido a la falta de información. Mi padre aguantó mucho en la UCI y el día de su cumpleaños le ofrecieron pedir de comer lo que quisiera, pero él dijo “quiero un corazón”. Al día siguiente le llegó.
Desde entonces he tenido la suerte de conocerlo de verdad y hablar de todo con él. Fue fundador y presidente de la actual Asociación de Trasplantados de Corazón e Insuficiencia Cardíaca de Andalucía. Mi padre vivió 23 años más gracias a ese donante y en todo ese tiempo tuvo una hija, Blanca María. Luchó mucho por los trasplantados de corazón y gracias al equipo que formaron, que Francisco Garrido continuó después como presidente, hoy tenemos un piso de acogida al lado del hospital para acoger a familiares de pueblos alejados de Sevilla capital, Málaga, Cádiz, Huelva, Melilla y Ceuta. Además, hacemos voluntariado para transmitir que se puede salir de esa situación y volver a tener calidad de vida. Siempre gracias al donante.
Gracias a mi padre, he tenido la suerte de conocer a mucha gente buena de verdad: cardiólogos, cirujanos, limpiadoras, enfermeros, personas que ayudan, etc. Después me tocó a mí la misma enfermedad, con una hija de 2 años que ha sido mi motor para seguir adelante.
Tengo antecedentes familiares de enfermedad cardíaca. Mi abuelo falleció súbitamente a los 43 años y mi abuela a los 74 años. Ella estaba diagnosticada de miocardiopatía dilatada y era portadora de marcapasos. Mi padre trasplantado de corazón tenía 11 hermanos, y dos de sus hermanas son portadoras de la mutación. Una presenta fibrilación auricular y síndrome miopático leve y la otra es portadora de marcapasos. Tengo una hermana, Blanca, que no es portadora y una hija de 7 años que tampoco es portadora.
Soy portador de una mutación en el gen LMNA y he tenido afectación estructural y TVNS en Holter. Me implantaron un DAI en prevención primaria en 2017 y posteriormente presenté tormenta arrítmica con 25 eventos tratados con descarga. En septiembre de 2020 sufrí un ictus isquémico en el hemisférico izquierdo. Fui trasplantado de corazón urgentemente por miocardiopatía dilatada 2021.
Esa es mi historia clínica. Cuando llegó la oportunidad de seguir adelante, el anestesista me preguntó “¿de qué te ríes?” y mi respuesta fue “tengo la sensación de que va a salir bien”. Me vino una imagen de mi padre riendo. Cuando desperté y volví a sentir el calor en las orejas y esa energía en el interior, se me saltaron las lágrimas porque jamás será suficiente el agradecimiento por haberme regalado tiempo de vida.
Hoy en día, los pequeños detalles como una sonrisa de mi hija, poder seguir conociéndola o disfrutando de mi mujer Inma, que ha sido un pilar fundamental en este proceso, me hacen dar gracias al cielo. En estas situaciones he podido ver lo bueno de las personas.
Mi tía Francisca fue trasplantada de corazón hace 4 meses y todo salió muy bien. Toda la familia está muy contenta.
“Considera la posibilidad de convertirte en donante después de tu partida, para que puedas seguir ayudando a quienes más lo necesitan y regalar vida incluso después de tu tiempo en este mundo.”